Quinta jornada de liga
Insuficiente fruto trajo el C.B. Baeza de los desplazamientos a Córdoba y a Málaga para resolver sus partidos ante la Asociación Cordobesa y Sombrero.
En DIVISIÓN DE HONOR, el conjunto de Baeza se enfrentó a la Asociación Cordobesa. En esta ocasión, poco hay que reseñar en relación al equipo baezano. Perdieron sus encuentros F. Ramos, Blas Sánchez y Cristóbal García ante Germán Núñez, J.L. Zarza y Juan Melero, respectivamente. Aunque los resultados fueron ajustados, sirvieron para inclinar la balanza a favor de los cordobeses. Esta circunstancia coloca al Baeza en un delicado penúltimo lugar. Únicamente, J.A. Menchón salió airoso con una abultada diferencia ante A. Gómez: 39 a 23 carambolas. En definitiva, 6 a 2 para la Asociación Cordobesa.
Igual le fue al equipo de PRIMERA DIVISIÓN: 6 a 2 para Sombrero. Juan Moreno perdió contra Sebastián Castaño. Mal comienzo de ambos jugadores. En la entrada 15, 7-6 a favor de Castaño. Una tacada de 6 para Castaño, y a partir de ahí se hundió Moreno. Final, 32-13 en provecho de Castaño.
El choque entre J. Gutiérrez y J.A. Blanca mostró cierta igualdad durante todo el partido. En las últimas entradas obtuvo el triunfo J.A. Blanca por 28 a 21 carambolas.
Emilio Torres jugó contra José Muñoz. La primera parte fue muy nivelada: 17-16 para Muñoz en el descanso. A la vuelta, un persistente Muñoz consiguió despegarse de su rival. Aunque Emilio llegó a acercarse (30-26), Muñoz finalizó en tres entradas las diez que le faltaban. Total: 40-26 en 48 entradas.
Javier Moral afrontó su partido ante Guillermo Fernández con 6 de salida. Fulgurante comienzo que fue ampliando hasta irse al descanso 24-9. En la continuación, férreo marcaje de Fernández, pero Moral logró mantener una ventaja de 10 carambolas hasta la entrada 33. Bajó el rendimiento Javier Moral, circunstancia que aprovechó G. Fernández para casi equilibrar el encuentro. El marcador finalizó 40-38 en 49 entradas, favorable a Moral. Fernández falló la contrasalida.
Debemos felicitar a Javier Moral que se está consolidando como un buen jugador de Tres Bandas, teniendo en cuenta que procede de las modalidades de juego corto y lleva poco tiempo compitiendo en las tres bandas. Se está convirtiendo en un jugador todoterreno, en un jugador completo (¡el Caudron andaluz!). Y está haciendo verdadera la máxima de R. Ceulemans: «Un jugador de Tres Bandas no es un jugador de billar. En cambio, un jugador de billar sí sabe jugar a Tres Bandas».